La vida de los asistentes sociales es más complicada de lo que muchos pueden imaginar, no todos están sentamos en una oficina escuchando los problemas de unos cuantos, no todos salimos del trabajo y olvidamos lo que nos han contado hace unas horas, no todos olvidamos las penurias y los males de personas que no han tenido mucha suerte en la vida y están en riesgo de exclusión social o peor aún tienen alguna dependencia que les impide ser unas buenas personas.

Yo me involucro muchísimo con las personas que van a solicitar mi ayuda y de hecho suelo personarme en la casa de las personas que me visitan para ver en qué condiciones viven, sobre todo si hay menores y de ahí ya tomo la decisión de la ayuda que les debo de prestar.

Esta semana me he dirigido a un barrio no muy recomendable de la capital, un barrio en el que la violencia y las drogas están a la orden del día. En este barrio vive una familia que conozco de sobra porque son asiduos a mi despacho. Pasé una hora de reloj en la casa, cuando salí a mi coche la faltaban las ruedas, ¡las cuatro! ¿Dónde están mis ruedas?

Llamé a la policía que poco pudo hacer en ese momento, la grúa del seguro se llevó el coche al taller más cercano en el que se quedó hasta que pude adquirir unas ruedas. No me sobra el dinero por lo que compré las llantas en reciclaperezoso.com porque son de segunda mano, pero son buenas y baratas, además están garantizadas. No contaba con un gasto extra este mes y ya no podía sacar el dinero, estoy ahorrando para comprar una casa en el campo, una casa en la que poder descansar y pasar más tiempo en contacto con la naturaleza, una casa en la que poder tener un huerto, en la que poder plantar algunos tulipanes y unos girasoles que me saquen una sonrisa todos los días.

Es una suerte poder contar con sitios en los que poder comprar artículos de segunda mano con garantías ya que podemos ahorrarnos un buen dinero y podemos tener las mismas prestaciones que comprando el producto nuevo. Una suerte poder ahorrar unos euros cuando se estropea el coche o la lavadora, cuando hay que comprar un mueble o cuando te roban las cuatro ruedas del coche.